Cuatro son las variables que entran en juego cuando hablamos de una de estas fatídicas cenas (no porque nos desagraden, sino porque a la mañana siguiente sus consecuencias son inesperadas a la par que catastróficas) tan propias de estas fechas:
- Hace frío, es lo que tiene la navidad
- Tu jefe estará sentado en la misma mesa que tú
- Seguramente acabarás pasándote con los gyns y subido a una silla cantando Marisol
- No tienes ni pajolera idea de cómo aparecerán el resto de compañeros
Pero a nosotros, como buenos matemáticos del estilo y la elegancia que somos, no hay ecuación que se nos resista y con más o menos esfuerzo acabamos por despejar la variable y encontrar la solución: en este caso, el estilo informal/arreglado.
Tras una ardua deliberación en nuestro consejo de sabios, hemos creído que el estilo que más registros abarca y que nos proporciona mayor seguridad es algo intermedio que, caso de decantarse por uno de los dos lados, lo haga por el más elegante. Por supuesto hay excepciones a la norma y si el protocolo exige etiqueta o el resto de comensales han decidido por unanimidad que todos debéis ir con traje, no hay vuelta atrás. Eso sí, los tres piezas sea cual sea la ocasión, ya me parecen excesivos.
Otra de las claves a tener en cuenta es que el gélido tiempo ya es una realidad en la mayor parte de los países y que esto tiene consecuencias a tener en cuenta: pasaremos frío de camino al restaurante, afuera esperando, calor dentro del sitio elegido pues la calefacción estará puesta y frío de vuelta a casa o bien a donde queramos continuar la fiesta ¿Conclusión? Un conjunto a capas que se adapte a los dos ambientes nos viene de perlas.
Y aquí es donde entra la fórmula ganadora. Para empezar, un blazer se nos hace indispensable. El color dependerá de cómo queramos combinar los pantalones. Como seguramente sea cena, intentaremos evitar los conjuntos demasiado claros y pasteles, por lo que si el pantalón es claro lo ideal sería un blazer oscuro (azul marino, gris marengo, burdeos), y si los pantalones son oscuros, o bien apostar por el contraste y elegir una americana clara, o bien decantarse por un engamado en tonos oscuros y continuar la serie en una paleta cromática apagada (blazer y camisa, por ejemplo)
Otra de las opciones que me gustan de este look es la posibilidad de estructurar el conjunto de fuera a dentro de la siguiente manera : blazer o americana/jersey/corbata/camisa. Introduciendo el jersey como nueva capa, conseguimos hacer algo más informal el conjunto y con ello, bastantes puntos a nuestro favor. Y quien dice capa dice chaleco, que las dos opciones me parecen igualmente válidas.
Por un lado podremos optar a pantalones y calzado más formales, por otro lado tenemos una prenda más con la que resguardarnos en caso de quitarnos el blazer durante la cena, y por último conseguiremos que se vea la corbata pero nadie la asociará a la que posiblemente llevamos al trabajo, pues solo verán la parte superior de ésta. Y si encima elegimos una de punto o mejor aun, una pajarita, el triunfo está asegurado.
El resto ya es coser y cantar. Unos buenos zapatos de horma clásica, mocasines o náuticos (nada de sneakers a no ser que estemos completamente seguros de ello), complementos como la pajarita o la corbata que podremos usar para introducir un toque navideño (un tartán, algún que otro reno...) y complementos, como los gemelos en la camisa o bufandas, para terminar de rematar el look. Un buen abrigo caso de que las temperaturas así lo exigan y ¡Suerte con las copas y vuestro jefe!
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