El otro día, después de presentar su nuevo desfile coincidiendo con la Fashion Week neoyorquina, David y Victoria Beckham invitaron a toda su prole a cenar a Balthazar, un restaurante de lo más hipe de Manhattan. A su llegada, los paparazzi que habían recibido un soplo ya los estaban esperando y los pudieron capturar saliendo del taxi que los llevó hasta el lugar elegido.
A pesar del pelete que hacía, Victoria preferió salir del coche sin ponerse el abrigo para que pudiese verse bien su jersey de cuello vuelto y de manga corta a rayas que forma parte de su nueva colección para el otoño-invierno 2016. Me hizo mucha gracia lo formalito y elegante que iba Romeo con su traje, su corbata y su pochette blanca (se acordó incluso de abotonarse sólo el primer botón como manda el protocolo). Probablemente un regalo de Burburry que debió de recibir después de posar con él para su campaña navideña.
Cruz, como es más pequeño, iba mucho más casual aunque, eso sí, con una bufanda también de Burberry. Pero claro, ¡él todavía no es un famoso modelo como su hermano! Brooklyn, como se ha convertido en todo un artista (recordad que os mostramos el resultado del shooting que realizó para el nuevo perfume de la marca), optó por un look más boho chic.
El que no tenía desperdicio era David. El futbolista reconvertido en modelo que ha dado apellido al clan quiso ir acorde con su trendy wife, y para protegerse del frío invernal neoyorquino se colgó alrededor del cuello una especie de estola, tan ancha que me recordó un poco a la que llevan los sacerdotes anglicanos solo que ésta no iba cruzada en el pecho, sino que parecía más bien de influencia Op Art. En los pies unas botas de inspiración militar y un gorro de lana negro a juego con sus pantalones y su jersey para protegerse del frío. ¡Para que luego digan que los Beckham no tienen personalidad propia!
Fotos | Cordón Press
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