Cerrar el año en una portada de moda significa algo más que en cualquier otro mes del año, porque quiere decir que probablemente resumas a la perfección el estilo de esa temporada que está a punto de terminar. Por eso me parece genial que James Franco se encargue de protagonizar el número de diciembre de una publicación tan emblemática como la GQ italiana.
Y lo hace con un primer plano en el que el actor deja bien visibles sus imperfecciones faciales, que a mí me resultan más bien rasgos con mucha personalidad.
¿Qué te parece a ti?
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