Si eres de los que por nada se saltan la rutina de salir a ejercitarse incluso cuando hace frío y caiga nieve, tenemos que decirte algo: el cambio de clima no sólo anuncia la llegada de la navidad cambiando el aspecto de las calles, sino que también las bajas temperaturas repercuten en los efectos de tu entrenamiento en exteriores no sólo en tu evolución muscular o como parte de una pérdida de peso, sino directamente a tu salud.
Desde el aumento en la circulación sanguínea hasta la sudoración propia de una actividad física, los efectos de ejercitarse en exteriores en invierno es una actividad que no muchos realizan debido al clima, la temperatura o los espacios en donde se desarrollan, pero para derribar esos mitos, te mostramos siete efectos del ejercicio en tu cuerpo cuando la temperatura desciende.
Te dará más sed
Al ejercitarte en invierno el cuerpo seguirá sudando con normalidad, pero ese sudor se evaporará más rápidamente en el aire frío y seco que en temperaturas más altas, enfatizando los signos de deshidratación. Beber agua antes, durante y después de los entrenamientos en clima frío ayuda a mantener un rendimiento máximo, protege al cuerpo de lesiones y mantiene tu temperatura corporal de principio a fin durante tu entrenamiento.
Tu corazón trabajará más
Debido al clima frío, el corazón se esforzará más en hacer que la sangre circule correctamente a través de todo el cuerpo. Si decides salir a ejercitarte al aire libre, debes de tener en cuenta que la resistencia cardiovascular puede fortalecer tu músculo cardíaco con ejercicios en clima frío, preparando mejor al cuerpo para entrenamientos más vigorosos en el futuro.
Le das más importancia al calentamiento
Uno de los peores errores a la hora de hacer ejercicio es saltarse o realizar de forma incorrecta las sesiones de calentamiento al comenzar, en los entrenamientos de invierno es recomendable hacer pausas para hacer flexiones de las extremidades y así mantener la temperatura interna de tu cuerpo elevada, y también para reducir la rigidez innecesaria de los músculos por enfriamiento en el aire.
Te sientes con más energía
A diferencia de los días soleados de verano, ejercitarte en invierno puede que te haga sentir con más energía y optimismo, debido a que en los días fríos la falta de humedad en el ambiente disipa la sensación de pesadez, haciendo que las endorfinas que se liberan en tu entrenamiento tengan un efecto aún mayor.
Quemarás más calorías
En invierno nuestro metabolismo quema la reserva de calorías para mantener su temperatura corporal, pero al hacer ejercicio, esas reservas se agotan para darnos energía a la hora de ejercitarnos. Pero no todo es miel sobre hojuelas: quemar calorías en exceso sin llevar una alimentación balanceada puede traernos el efecto contrario.
Te obligas a cambiar de ritmo
Quizá al principio te será difícil adaptarte al nuevo clima, pero cuando comiences a ejercitarte al aire libre verás como cambiarás tus metas conforme avance tu entrenamiento, haciéndolo más fácil de ejecutar cada vez para lograr determinados objetivos de tiempo, distancia o de rendimiento.
Te provees de vitamina D
El hecho de que haga frío no significa que el sol no esté ahí. Al salir a correr en invierno, tu piel recibe una dosis necesaria de Vitamina D que el sol provee de manera natural, aunque claro, estar expuesto más de 10 o 15 minutos requiere que uses un protector solar para evitar quemaduras.
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