Debemos reconocer que muy pocas personas expresan una alegría extrema por la limpieza, pero los científicos han concluido una y otra vez que tener un espacio lleno de desorden nos hace infelices e improductivos en nuestro día a día. Afortunadamente existen varios consejos y técnicas que podemos poner en práctica para mantener organizado nuestro hogar y así aprovechar al máximo no sólo nuestro espacio en casa, sino también la tranquilidad que el orden nos ofrece como parte de un estilo de vida saludable y en armonía.
Quizá no lo sepas o no te hayas dado cuenta, pero no es el desorden lo que causa problemas, sino la mentalidad que viene con tener un espacio lleno de cosas. Cuando vivimos en una sociedad obsesionada con la posesión de bienes materiales, no es de extrañarse que en este momento frente a ti a tu alrededor haya un montón de cosas que hayas adquirido y que no te sirven para nada, que ahora no te gustan y que (lo peor de todo) te ocupan mucho espacio, por lo que aquí te damos varios consejos para deshacerte de todo aquello que no necesitas y para que aprendas a desprenderte de lo material de la mejor manera.
Limpia tu armario de lo que no necesitas

- Para comenzar, saca todo de tu clóset y colócalo en el piso por categorías: camisas, pantalones, chaquetas, calcetines, bufandas, abrigos, todo.
- Toma cada una de las prendas y analiza con cuáles quieres quedarte y con cuáles no, para esto diferencia entre aquellas que sí te pueden servir en un futuro y aquellas que definitivamente ya no tienen cabida de nuevo en tu armario (por el desgaste, porque ya no es de tu talla o porque ya no te gusta).
- Si dudas de si quedarte con una prenda o no, descártala, el no darle un sí inmediato quiere decir que no te ha convencido del todo para colgarla de nuevo del perchero.
- Cuando descartes y conserves prendas, toma nota de lo que te quedas y a lo que dices adiós, es una buena forma de hacer compras inteligentes en el futuro para no reponer una pieza de la que ahora te piensas deshacer.
- Una vez que hayas clasificado todo de todas las categorías, la clave ahora es guardarlas de forma organizada, pero para ello no necesitas una nueva cómoda de IKEA o más cajones, simplemente dobla las camisetas, pantalones, camisas y ropa interior y acomódala de forma vertical para visualizarla correctamente.
- ¿Qué hacer con aquello que ya no necesitas? Bien, en primera y lo más importante: no la obsequies a alguien sin saber si la va a necesitar como a tus amigos o familiares, puedes llevarlas a centros de donación, albergues o tiendas de segunda mano, pero recuerda que si recibes algo a cambio, que sea más bien gratitud de otras personas, no algo que igual te haga ocupar espacio.
Armonía en el espacio de trabajo
Para muchos, estar rodeados de papeles y de libros es normal, sin embargo el estrés en el área de trabajo tanto en la oficina como en casa influye directamente en nuestra productividad, por lo que mantener un orden es esencial para hacer que nuestra rutina del día a día fluya de forma armoniosa.

- En cuanto a documentos, tíralos todos menos los que actualmente están en uso o los que creas que puedes usar en un lapso de uno o dos años, como, por ejemplo, las garantías de equipos electrónicos y sus manuales. Guárdalos todos juntos y no los desperdigues por la casa o por tu escritorio. Un buen hábito es ponerlos juntos (ticket de compra, garantía y manual) en su sitio según adquieres un nuevo aparato.
- Si son tus libros los que ocupan mucho de tu espacio haz lo siguiente: ponlos en el suelo y no empieces a leerlos para evitar preguntarte si los necesitas o no. Piensa en quedarte con solo aquellos que te encantan y que tengan un gran valor sentimental. El propósito de un libro es que lo leas: si no lo has hecho ya y no lo vas a hacer en un lapso de seis meses, puedes ir pensando en donarlo a una biblioteca o venderlo en una tienda de libros de segunda mano.
- Si trabajas con materiales de escritura, quédate con aquellos que verdaderamente necesitas: muchas veces no ocupas tres lapiceros con plumines, bolígrafos o lápices si la mayoría de tu trabajo es a través de computadora, muchas veces la carga visual de elementos en el escritorio genera un ambiente de estrés.
Ahora que ya sabes cómo optimizar parte de tu espacio a través del correcto orden de las cosas, la idea es crear hábitos fáciles de replicar en el día a día para no ver la limpieza como una obligación, sino como una extensión más de un saludable estilo de vida.
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